Cómo planificar un viaje de mochilero

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Unas vacaciones con tu mochila a la espalda son casi una garantía de experiencia inolvidable, aunque como todo tiene sus pro y sus contras.

Si quieres que la balanza se incline del lado de los pros y sacar el máximo partido de tu viaje de mochilero, toma nota de estos consejos que te damos sobre cómo planificar un viaje de mochilero.

📌 Viajar con tu mochila a la espalda te puede llevar a vivir momentos maravillosos

Viajar con tu mochila a la espalda es una experiencia inolvidable que te proporcionará momentos maravillosos y otros un poco complicados, pero todo eso forma parte de la aventura de viajar con lo puesto. Si te enfrentas a tu primer viaje de mochilero puede que tengas algunas dudas de cómo será tu viaje, incluso a la hora de plantearlo.

📌 La información es poder

Antes de empezar tu viaje te recomendamos que te informes bien sobre el lugar al que vas a viajar: su historia, su situación sociopolítica, sus tradiciones, etc. Es importante conocer la realidad en la que te vas a sumergir. Si conoces el idioma puede ser interesante también que revises algún medio de información para estar al día.

mapa de viaje
La planificación previa resulta fundamental a la hora de planificar un viaje de mochilero

Preparar el viaje es parte del viaje, y sobre todo si vas a ir por tu cuenta, conviene que además de una guía de la zona estudies la literatura local y bucees un poco por internet para ver qué se cuece por tu lugar de destino. Un truco divertido: busca en alguna red social el hashtag con las poblaciones que más curiosidad te produzcan: es divertido y con esas fotos podrás hacerte una idea de cómo es la gente que vive y visita tu lugar de destino.

📌 Diseña un itinerario previo

Aunque luego pretendas improvisar, es conveniente que estudies la geografía del lugar que vas a visitar, consultes los transportes y su frecuencia para poder planificar el viaje y no tener que improvisar sin conocer alternativas. Es decir, planifica, conoce las conexiones, y después, cuando estés sobre el terreno podrás improvisar con conocimiento. Es la mejor manera de aprovechar tus días de vacaciones y de no perder demasiado el tiempo.

📌 Preparar bien tu viaje es fundamental y además ¡también forma parte del propio viaje!

En algunos casos, aventura y exploración se puede entender como imprudencia. Nada de eso. Hasta los más aventureros, precisamente por eso, se cubren bien las espaldas. Estamos hablando de que no salgas de viaje sin contratar un seguro. Te puede ser útil en caso de pérdida de maletas o de contratiempos de ese tipo. Si necesitas atención médica también te vendrá bien contar con un seguro para evitar desembolsos inesperados. Lo más probable es que no lo necesites, pero nunca sobra.

Si vas a viajar a países tropicales o en vías de desarrollo, infórmate de las vacunas que vas a necesitar y de las precauciones que debes tomar. Internet está muy bien, pero lo suyo es que utilices fuentes fiables y vayas un poco más allá, ve al médico e intenta hablar con alguien que conozca bien la zona y te pueda dar consejos útiles. Si das con alguien demasiado tremendista, contrasta información y recuerda, la seguridad en tu viaje será lo primero.

📌 De viaje, mucho dinero y poco equipaje

Tu mochila y tú, tú y tu mochila tendréis la oportunidad de conocer lugares increíbles, por eso es importante que prepares bien el equipaje, porque puede que algún día te toque caminar más de la cuenta con más de 20 kilos a la espalda, y en ese momento te darás cuenta de lo prescindibles que son algunas cosas. Por este motivo es muy aconsejable salir con la maleta medio vacía, con los imprescindibles (un pantalón corto, uno largo, dos o tres camisetas, ropa interior y calcetines como para una semana, y algo para abrigar).

Si vas a viajar a un clima invernal, es importante que vigiles la ropa de abrigo, pero en general si viajas en verano a este hemisferio, no te preocupes mucho por la ropa. Lo más importante será un chubasquero y un pareo o un retal de algodón, que ocupa muy poco y te servirá para todo: toalla, manta improvisada, para hacer una sombra, e incluso como pantalón o falda.

Durante tu viaje podrás ir llenando tu mochila con prendas que compres en tu lugar de destino. Te serán útiles, serán un bonito recuerdo y si las adquieres en mercados o negocios pequeños contribuirás a la economía local.

¿Nos estamos repitiendo? No, pero reiteramos título para hablarte de algo importante, también: el dinero. Habla con tu banco para conocer exactamente las condiciones de tu tarjeta, para llevar algo de dinero cambiado (procura no cambiar en el aeropuerto, ya que suele salir algo más caro) y qué otras posibilidades tienes para tener acceso a dinero en efectivo. Procura tener un plan B en caso de que tu tarjeta falle y no guardes todo tu efectivo junto, puedes perderlo.

Esto de “mucho dinero” suena un poco raro. La clave no es llevar literalmente mucho dinero, sino que mejor gastarlo en tu destino, que llevar cosas compradas que puede que no necesites. No estamos haciendo una oda al despilfarro, sino al gasto con cabeza.

Incluso puedes consultar aquí cómo hace la gente para viajar sin dinero.

📌 Zapatos de recorrer el mundo

En tus pies no deberá faltar un par de zapatos cómodos que sirvan para caminar. Eso es casi lo más importante, un calzado cómodo. Merece la pena que inviertas en un calzado de montaña que sea ligero y te permita también caminar por la ciudad. Durante horas. Muchas horas. A veces más de las que esperabas.

botas de mochilero
Unos buenos zapatos te pueden llevar a cualquier sitio

Lo más normal es que tus zapatos de recorrer el mundo estén casi todo el rato en tus pies, esa es una de las razones por las cuales merece la pena invertir en un calzado bueno, cómodo y ¡transpirable! También es interesante que tengas un repuesto más ligero para playas, duchas y paseos cortos, como ir a comprar el pan.

📌 La bolsa de aseo: tu mejor aliada.

Una buena bolsa de aseo puede llegar a mejorar mucho tu calidad de viaje. Marcará la diferencia entre una ducha de diez y un lavado por encima. Créenos, cuando lo mejor que te puede llegar a pasar en un día es darte una ducha, agradecerás que esta sea lo más reconfortante posible. Tendrá un papel muy importante dentro de tu mochila, pero, al igual que la ropa, debes reducirla a la máxima expresión. Busca jabones multiusos, cuanto más naturales y sencillos sean, más usos les podrás dar y mejor serán para tu piel y pelo y para el planeta.

Es buena idea incluir esta bolsa de aseo tiritas o apósitos para alguna heridita o ampolla y algún analgésico por si te duele la cabeza o la espalda puntualmente. Unas tijeritas o un cortauñas también te pueden solucionar alguna pequeña complicación.

📌 El arte de buscar un techo

Alojamiento: ese capítulo de tu viaje. Recuerda, vas con tu mochila y la idea no es darse grandes lujos en alojamiento. Lo dicho infórmate antes del rango de precios, busca alternativas económicas y abre tu mente. Si algún día estás más cansado y crees que te mereces invertir algo más en un alojamiento algo más “equipado”, hazlo y disfrútalo. También puedes aprovechar para viajar de noche y ahorrar algún dinerillo.

Estás de viaje, es un buen momento para renunciar a algunas comodidades innecesarias que harán de tu viaje una experiencia auténtica y emocionante. Eso sí, siempre con cabeza y anteponiendo tu seguridad a cualquier otra cosa.

📌 Habla con todo el mundo

Volvemos al principio: en un viaje la información es poder. Y ¿quién sabe más de su propia ciudad que los propios locales? poca gente. El recepcionista de tu hostel puede ser un buen gancho, pero también los jubilados que andan por la calle, los vendedores o los clientes de un café. Hablar con la gente forma parte de la inmersión en un país, los locales son quienes poseen la información más valiosa sobre sitios que visitar, costumbres, usos, etc. Información gratis, solamente a cambio de una conversación. Sin prisas, sin móvil, todo tranquilamente.

📌 El visitante eres tú

El consejo más importante a la hora de planificar un viaje de mochilero: respeta la cultura local, adáptate y aprende. Abre tu mente y disfruta de todo lo que ves. Un viaje abre la mente y para eso debemos llevar los ojos bien abiertos. Los visitantes y los “raros” somos nosotros, no lo olvides. Es la mejor manera de aprender lecciones muy valiosas.

Si todavía no has decidido un plan para tus vacaciones, elige explorar el mundo con tu casa a la espalda. La experiencia es inolvidable y volverás a casa con una maleta llena de anécdotas y nuevas ideas.

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