Ya hemos hablado anteriormente de las ventajas que tiene hacer un poco de turismo más rural, sobre todo cuando llega la época veraniega y lo que nos gusta es sentir más el verde y el frescor de las montañas.
Hoy le queremos dar un toque más internacional a nuestras propuestas y visitar los pueblos de montaña más bonitos de Europa. Ven con nosotros y ¡descubre de las localidades más entrañables en las montañas del viejo continente!
📌 Mürren
Si se quieren buscar pueblos de montaña en Europa que merezcan la pena, no es mala idea visitar uno de los países más montañosos –si no el que más– de todo el continente: Suiza.
Todos recordamos algunas bonitas estampas, imágenes de películas y, cómo no, esas escenas animadas tan coloridas de Heidi. Algo así es lo que podemos ver en Mürren. Es un pueblo pequeñito, con tan solo 400 habitantes censados, pero eso no quita para que sea también un pueblo muy interesante para los turistas, ya que su capacidad hotelera supera las 2.000 camas.
Además, es un pueblo aislado del tráfico de coches, por lo que una estancia en Mürren será, además, tranquila, apacible y muy ecológica. No te faltarán opciones para practicar senderismo y montañismo o, simplemente, amortizar tu cámara de fotos con las espectaculares vistas que encontrarás.
📌 Lecco
Al norte de Italia, no tan lejos de Milán, se encuentra uno de los rincones naturales más afamados del centro de Europa, el lago Como. Y, frente a él, uno de los pueblos de montaña que merece la pena visitar durante unos días, Lecco.
Los encantos de esta pequeña ciudad se resumen en su apariencia romántica, aumentada por la presencia del lago como gran acompañante de primer nivel. Y, con un ambiente así de agradable, tampoco es un lugar en el que falten las cafeterías y restaurantes enmarcados en una arquitectura elegante y acogedora.
Pero a las espaldas del pueblo también se levantan hermosas alturas, en las que se pueden practicar deportes típicos de montaña o, simplemente, disfrutar de aire puro durante el día y el cielo estrellado durante la noche.
📌 Bled
Considerado por muchos como una de las joyas ocultas de Eslovenia, Bled se encuentra ubicado a orillas del lago homónimo, muy próximo a los llamados Alpes julianos.
Al igual que en Lecco, la naturaleza le da un aspecto privilegiado a esta localidad, ya que la conjunción del lago y las montañas conforman un entorno apacible y muy atractivo.
Pero, además de las maravillas naturales que se encuentran entre bosques, montañas y cascadas, también es uno de los pueblos de montaña de Europa con mayores encantos arquitectónicos, ya que allí abundan los castillos e iglesias, y los visitantes pueden practicar deportes al aire libre, como la equitación, el golf o el senderismo.
📌 Dinant
Aunque Bélgica no sea uno de los países en los que pensemos cuando hablamos de destinos montañosos, también allí hay bonitos pueblos de montaña que merecen la pena. Algunos de ellos, como Dinant, no muy conocidos, por lo que la sorpresa es mayor aún cuando se llega.
Hay pocas localidades tan pintorescas y fotogénicas, y esto se debe a que se levantó entre macizos rocosos y la orilla del río Moza. Precisamente es este río el que le dio vida a la ciudad hace siglos, ya que era una vía navegable e importante ruta comercial, y, actualmente, no solo sirve como elemento configurador del urbanismo, sino que también permite hacer rutas fotográficas y turísticas o practicar deportes.
Y, como nota cultural, Dinant es el lugar de nacimiento de Adolphe Sax, inventor del saxofón, y por ello podemos visitar el museo casa natal o, igualmente, encontrarnos con un montón de saxos repartidos por toda la localidad.
📌 Conques
En la zona de Aveyron, al sur de Francia, nos podemos encontrar con uno de los pueblos de montaña más bonitos de toda Europa: Conques. Cierra los ojos e imagina un pueblo medieval, tal y como lo has visto en películas y leído en tus libros preferidos. Así es Conques, que parece que te va a salir un caballero con armadura a lomos de un caballo.
Pero es que Conques ya era un lugar de referencia hace siglos. Allí fue donde se guardaron las reliquias de la joven Santa Fe, mártir de principios del siglo IV, lo que supuso que se convirtiera en un lugar de peregrinaje y en una parada de referencia del Camino de Santiago francés.
De hecho, la iglesia abacial de Sainte-Foy es toda una joya arquitectónica, referencia de las construcciones románicas y declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1988.
📌 Bremm
A pocos kilómetros al oeste de Frankfurt y al sur de Bonn, nos encontramos con una localidad que ha tenido la tremenda fortuna de ubicarse frente a una de las formas naturales más bonitas del centro de Europa, en pleno semicírculo del río Mosela.
El verde de los prados y las montañas contrasta con el azul del río y los tejados oscuros de las casas tradicionales, algo que permite unas vistas espectaculares desde las alturas circundantes.
Y, precisamente en estas montañas que rodean a Bremm se encuentran también unos viñedos muy característicos, cuyas condiciones geográficas y climáticas les permiten producir unos de los vinos más peculiares de los países continentales.
Éstos son algunos de los pueblos de montaña más bonitos de Europa, aunque sabemos que hay muchos más. De hecho, algunos de los pueblos sacados de un cuento que ya te mostramos hace un tiempo también podrían formar parte de esta lista.